<body><script type="text/javascript"> function setAttributeOnload(object, attribute, val) { if(window.addEventListener) { window.addEventListener('load', function(){ object[attribute] = val; }, false); } else { window.attachEvent('onload', function(){ object[attribute] = val; }); } } </script> <div id="navbar-iframe-container"></div> <script type="text/javascript" src="https://apis.google.com/js/platform.js"></script> <script type="text/javascript"> gapi.load("gapi.iframes:gapi.iframes.style.bubble", function() { if (gapi.iframes && gapi.iframes.getContext) { gapi.iframes.getContext().openChild({ url: 'https://www.blogger.com/navbar.g?targetBlogID\x3d10598603\x26blogName\x3dLa+sombra+de+una+gota\x26publishMode\x3dPUBLISH_MODE_BLOGSPOT\x26navbarType\x3dBLUE\x26layoutType\x3dCLASSIC\x26searchRoot\x3dhttps://lasombradeunagota.blogspot.com/search\x26blogLocale\x3des_ES\x26v\x3d2\x26homepageUrl\x3dhttp://lasombradeunagota.blogspot.com/\x26vt\x3d930127566209889378', where: document.getElementById("navbar-iframe-container"), id: "navbar-iframe" }); } }); </script>

lunes, febrero 21, 2005

Cada día


Hacer la cama es como envolver de nuevo los sueños entre los pliegues de las mantas para que nos esperen cada noche y no escapen y no huyan.


martes, febrero 15, 2005

Lo siento


Lamento la insolencia,
la terquedad de voz desagradable,
el timbre de campana del agravio,
la dura soledad
de una ausencia de abrazos.

Lamento lo ocurrido.
Y lo siento.


viernes, febrero 11, 2005

No entiendo de renuncias


No entiendo de renuncias, yo que tantas veces he renunciado.

No entiendo esos momentos en los que nadie puede consolar un estado de absoluta soledad irremediable, yo que tantas veces me he sentido inconsolablemente solo.

No entiendo de tantas gravedades, yo que he sentido tantas veces la gravedad de lo que con esfuerzo se transforma en viento.

No entiendo qué te pasa, pero lo entiendo tan claramente...


martes, febrero 08, 2005

Tesoros en maletas ajenas


Encontrar una maleta, perdida, abandonada, olvidada, y abrirla esperando encontrar la ropa gastada de personas que no conocemos. Y de pronto encontramos un tesoro, entre sostenes de saldo y blusas que ya no cubrirán ningún cuerpo, un tesoro escondido, soñado, un tesoro que desearíamos nos perteneciera, un manuscrito, una novela camino de un editor que ya no podrá publicarla, la letra pequeña, a veces minúscula que nos habla en voz baja.

¿Cuánto podemos saber de una persona por lo que escribe? ¿Cuánto conocimiento nos cabe en esas horas que vuelan entre páginas que nos van perteneciendo, que van siendo nuestras y de nadie más, y que nos acompañarán el resto de la vida como un susurro, como un aliento?

Un sueño. Desde entonces, miro las maletas ajenas y me pregunto cuál será la mía, la que contiene el tesoro de una noche de lectura y una vida entera de inédita y esperada felicidad.


jueves, febrero 03, 2005

Todos somos la sombra de una gota


Quien más quien menos se ha sentido siempre como la sombra de algo. A veces, somos únicamente la sombra de nosotros mismos.

Esta bitácora que ahora empieza está dedicada a todos aquellos que se han sentido (o quisieran sentirse) como la sombra de una gota suspendida en el pico de un pájaro saciado.


Comienza un blog


Los dedos temblequean sobre el teclado. ¿A dónde llevará esta aventura?